Serenatas: la cultura del despilfarro

Otra vez Yacuiba es testigo de la miopía, mediocridad y estupidez de quienes encabezan las dos principales instituciones públicas locales: el Gobierno Municipal y el Gobierno Regional. Cada uno realizará una serenata al Gran Chaco, la misma fecha, en lugares distintos, con diferentes artistas, pero con presupuesto público no transparente.

Ambas autoridades, prometieron siendo candidatos, 10 mil empleos y reactivación económica de Yacuiba. Ambos coincidieron desde su asunción al mando, que tienen déficit presupuestario, abultadas deudas por pagar, disminución de ingresos, y en general, una severa crisis que les impide hacer gestión.

Después de un año y cuatro meses de gestión, han dejado varias veces en evidencia pública, que son incapaces de resolver incluso, los problemas domésticos derivados de demandas sectoriales. En educación y seguridad ciudadana, es casi nada la ejecución presupuestaria, y de ello son testigos la comunidad educativa y la Policía Boliviana, respectivamente. Adultos mayores y discapacitados han tenido que ejercer medidas de presión para lograr migajas de sus autoridades. Deportistas rogando por indumentaria y presupuesto que les permita participar en torneos o campeonatos fuera de Yacuiba. Los ejemplos de la incapacidad administrativa en ambas instituciones, sobran.

Sin embargo, con la finalidad de «reactivar la economía», se les ocurrió hacer doble serenata al Gran Chaco. Al estilo de oscuros personajes como Rengifo o Quecaña, que no es más que el modelo masista de despilfarro en todo el país, tanto alcalde como gobernador, están organizando y publicitando rimbombantes serenatas, de cuyo costo presupuestario se desconoce en absoluto.

Pese a la crisis económica generalizada, en la que ambas instituciones ni siquiera logran poner a punto sus centros de salud para combatir al COVID-19, una vez más, alcalde y gobernador han optado por el derroche de recursos públicos apelando a la vieja práctica política de darle «circo» al Pueblo, a fin de que olvide momentáneamente su hambre y miseria.

Con seguridad, al día siguiente de la jarana, con una sed persistente y un insoportable dolor de cabeza, muchos ciudadanos volverán a la cruda realidad: facturas de servicios básicos por pagar, deudas financieras por pagar, desempleo rutinario, despensa vacía, recetas médicas sin comprar, bolsillos vacíos, y la preocupación latente de ‘qué hacer ahora’. Ah, pero tanto alcalde como gobernador, llamarán a conferencia de prensa para informar sobre el rotundo éxito de su serenata, en la que habría partiticipado una multitud de ingenuos, de los que hoy abundan en nuestro pueblo. Todos contentos, y a cantar en coro: «la vida sigue igual».

Es vergonzoso y hasta desastrozo, que la clase política gobernante en Yacuiba (MAS), carezca de visión de largo alcance y profundidad de análisis. Consideran equivocadamente, que gasto público es igual a inversión pública, que pocas pegas eventuales es igual a empleo, que organizar una fiesta es igual a reactivación económica. Totalmente equivocados. Desgraciadamente, hay ciudadanos de diferentes oficios y estratos sociales, que defienden, promueven y elogian estas prácticas políticas demagógicas, similares a ingerir un paracetamol cuando lo que se padece es cáncer.

Actualmente, el desempleo y la miseria se han concentrado en la ciudad. Urge una fuerte inversión pública que se traduzca en generación de empleos permanentes. Por ejemplo, la construcción de desagües pluviales en las calles que mayor inundación sufren durante los tiempos de lluvia. Además de generar empleo, soluciona un eterno problema urbano. Por ejemplo, la construcción de cordones de acera y de jardineras en las zonas periurbanas de Yacuiba, que facilitaría a los ciudadanos la construcción de sus propias veredas y la forestación ornamental urbana. Por ejemplo, el soterrado gradual de cables eléctricos, fibra óptica, redes de agua, gas y alcantarillado, desde el caso central a la periferia, inversión pública que erradicaría postes y marañas aéreas perjudiciales a la estética urbana, los árboles ornamentales y la seguridad de los ciudadanos.

No solo ejecutando obras públicas se reactiva la economía, sino también, mejorando las condiciones de quienes actualmente desempeñan diferentes actividades económicas en Yacuiba y por consiguiente, pagan una licencia de funcionamiento. Por ejemplo, reducción de impuestos a inmuebles y motorizados dedicados a la producción de bienes y servicios con generación de empleos. Apertura del Fondo Rotatorio a todos los productores de bienes y servicios que consumen materia prima local o regioonal y generan empleos formales. Reducción de tarifas por servicios básicos, a quienes generan empleo con su actividad económica patentada.

Supone el ciudadando común, que tanto alcaldía como gobernación, cuenta con un selecto personal técnico multidisciplinario, con facultades académicas y científicas para elaborar un Plan de Emergencia e idear muchas opciones de inversión pública que favorezcan la creación de empleos formales y permanentes. Solo falta demostrar voluntad política y solidaridad con el pueblo que les dió su voto en las urnas, el 7 de marzo de 2021.

Si por el contrario, deciden seguir los malos ejemplos de Rengifo y Quecaña, ojalá que también un día, lleguen a ser preciados inquilinos de El Palmar. ¡No más despilfarro, cambiemos de mentalidad!

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